El 21 de octubre de 1994, Heather Donahue, Joshua Leonard y Michael Williams entraron en un bosque de Maryland para rodar un documental sobre una leyenda local, "La bruja de Blair". No se volvió a saber de ellos. Un año después, fue encontrada la cámara con la que rodaron: mostraba los terroríficos hechos que dieron lugar a su desaparición.

Si fuésemos a juzgar esta película sólo por su apariencia diríamos que es imposible que fuera tan destacada como consiguió serlo. Para empezar, no es una película en el sentido práctico de la palabra, se trata de un falso documental grabado con videocámaras en constante movimiento, tanto que llega a causar mareos la primera vez que la ves. Los actores hacen un trabajo muy destacado que consigue meternos en su piel, básicamente fueron ellos mismos, es decir, no interpretaron ningún personaje.
La película no muestra nada terrorífico además de que en ningún momento vemos a la bruja, (algo que me decepcionó un poco), consiguiendo causar verdadero pánico utilizando básicamente nada.
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